HOLA, simplemente hola.

HOLA, simplemente hola. Con esta primera intención y valorando el mundo de las nuevas formas de comunicación, me presento, simplemente diciendo hola. Llego a este mundo mencionado con intenciones claras y premeditadas de interrumpir, cuestionar, avanzar … y en definitiva en presentar mis dudas sobre la realidad haciendo afirmaciones, posiblemente ingenuas y en algunos casos, no muchas de forma osada, sobre cómo se representa ante mis ojos la realidad que me circunda, me influye y al tiempo me cuestiona y me transforma, me guste o no.
La idea de dar a conocer lo que uno cuenta, da cierto gusto y narcicismo, al tiempo he pensado que puede servir de algo, una opinión, un parecer, una forma de ver las cosas, coincidente o no por los demás, o por algunos de los demás. Bueno algunos@s de los cercan@s, no se si aún se usa esto de @ para los aspectos relacionados al genero, si está o no de moda, me comentan que uso bien lo la palabra en la comunicación por lo que he pensado por que no ESCRIBIR LA PALABRA.
Como principio creo importante, que quien tenga el disgusto de leerme, contemple las siguientes consideraciones previamente:
1º.- NO juro nunca nada, ni siquiera prometo.
2º.- TENGO faltas de ortografía, y es más, son incorregibles.
3º.- SÓLO escribo sobre lo que forme parte de mi pensamiento o sentimiento, (recuerden el punto 1.)
Pues nada, ESTA ES MODESTA PRESENTEACIÓN, si les apetece ahí les dejo mi incorporación al mundo de comunicación en la distancia, en definitiva otra forma de comunicación que no sustituye nada, pero que quizás facilita "conectar" en los tiempos que corren ya que lo hacemos poco de forma cotidiana.

jueves, 16 de mayo de 2013


CUALQUIER MOMENTO ES OPORTUNO

Hoy Tomás se acercó nuevamente a su médico especialista para ver cómo le iban sus cosas sobre la salud. Esa salud que conocemos en el mundo que vivimos y que hemos creado, la que nos aleja o nos acerca de lo que conocemos como la muerte.

Claro está que pasó los largos e inactivos periodos de espera para entrar a consulta al igual que los otros largos e inactivos periodos de cola para pedir nueva cita, todos asumimos esto como destino incuestionable. Los “enfermos crónicos” tienen eso, largos periodos de inactividad paliativa, sosteniendo en muchísimos casos, el principio de una economía de mercado, en este caso la farmacéutica. Al mismo tiempo casi nadie estaría en desacuerdo de esto de la “enfermedad crónica” si tuviera la oportunidad de ser accionista de alguna de esas grandes  farmacéuticas. Cositas derivadas de ser humano.

Bien, el caso es que en su última cola se encontró tras de él una preciosa mujer de ojos azules y profundos, era gallega de cara dulce y sensible y con una mirada limpia y agradable, ella le preguntó:

Perdón, es usted el último.
Respuesta: si parece ser que sí, haciéndole un gesto de resignación ante una cola de más de 25 personas.
Gracias, dijo ella.

Durante más de una hora establecieron una agradable conversación donde comentaron asuntos diversos, ella le comentó que hacía dos años que en su trabajo le había destinado a Canarias y afirma lo contenta que estaba y lo agradable que eran los canarios/as. Tomás iba sintiendo por instantes una sensación de bienestar, ya no le molestaba tanto el largo periodo de espera ni los problemas que iban surgiendo en la cola sobre quién iba antes o después, en realidad ni los escuchaba. Aquella mujer desprendía energía, ganas de vivir, de entrega e incluso sus ojos desprendían un brillo especial. Hasta que cuando se acerco el fin del encuentro, a orillas de la ventanilla, a punto de entregar el DNI y la tarjeta sanitaria, ya que sin eso no te atienden,  María, ella, le propuso que los sábados a las doce y media o los domingos a las once y media podía ser visitada por él en el pueblo que residía, en Telde y le dijo la dirección con pelos y señales, el sitio exacto donde la podía encontrar.

Tomás, tras mirar su alejamiento a lo largo del pasillo del hospital, pensó en cuantas ganas de vivir pueden existir y decidió sin duda alguna que la visitaría. Iría algún día a su hogar su monasterio de clausura e iría a la misa de las once treinta del algún domingo y podría gozar viendo nuevamente a esa valiente y bella mujer, Viuda y monja novicia de 73 años con tres hijos y que hace dos años comenzó ese nuevo camino como una opción de vida tomada libremente, Tomás tiene la impresión de tener una nueva e importante posibilidad de amistad.